Aunque pueden convertirse en tormentas de poder monstruoso, los ciclones tropicales son quisquillosos. Requieren condiciones adecuadas para formarse o cobrar fuerza. Si las condiciones son ideales, pueden crecer de un pequeño conglomerado de tormentas eléctricas en una tormenta potentísima. Pero cuando las condiciones desaparecen, se debilitan y mueren. En esta página aprenderás acerca de las diferentes fases de la vida de un huracán.
Casi todas las tormentas tropicales y huracanes comienzan como perturbaciones tropicales. Las perturbaciones tropicales son áreas con mal tiempo y tormentas eléctricas en los trópicos. A veces, las perturbaciones tropicales son producto de frentes fríos que atraviesan los trópicos. Otras veces, un centro de baja presión que rota a gran altura en la atmósfera logra extenderse hasta la superficie del océano o del mar tropical. Durante la temporada de huracanes en el océano Atlántico y el Golfo de México, las perturbaciones tropicales se desarrollan a partir de una formación de mal tiempo conocida como onda tropical que se desplaza desde África hacia el Atlántico.
Esta imagen de satélite muestra tres ciclones tropicales (señalados con flechas 1, 2 y 3) que avanzan por el Atlántico hacia el Mar Caribe y América del Norte. Estas tormentas probablemente nacieron a partir de ondas tropicales africanas.
A continuación veremos las condiciones necesarias para que una perturbación tropical se transforme en ciclón tropical y se convierta más tarde en tormenta tropical o en huracán:
La ilustración que sigue muestra el nacimiento de un ciclón tropical. Existen todos los elementos necesarios para que la tormenta se desarrolle.
Cuando el sistema se organiza y empieza a rotar, se le llama depresión tropical porque la presión atmosférica en su centro es baja, es decir, una depresión. La presión baja genera vientos, porque el aire se mueve hacia el centro. Cuanto más baja es la presión atmosférica, tanto más fuertes son los vientos.
Si la depresión tropical se intensifica y la velocidad del viento supera los 33 nudos, la depresión se convierte en tormenta tropical, y se le da un nombre. Si ésta sigue aumentando de intensidad y los vientos alcanzan los 64 nudos, la tormenta se convierte en un huracán. Este cuadro muestra las categorías de tormentas.
Velocidad del viento | |||
---|---|---|---|
Categoría | Millas por |
Kilómetros |
Nudos |
Depresión tropical |
0 a 38 |
0 a 62 |
0 a 33 |
Tormenta tropical |
39 a 73 |
63 a 118 |
34 a 63 |
Huracán |
74+ |
119+ |
64+ |
Esta imagen de satélite muestra tres ciclones tropicales en el océano Atlántico. Fíjate en la imagen y trata de responder las siguientes preguntas.
Pregunta 1: ¿Cuál es la tormenta más potente? (Escoge una respuesta.)
Pregunta 2: ¿Cuál es la tormenta más débil? (Escoge una respuesta.)
Pregunta 3: ¿Qué tan fuertes son los vientos de la tormenta tropical Fran? (Escoge una respuesta.)
A medida que la tormenta se fortalece, toma una forma redondeada y se comienza a formar un ojo. Los huracanes intensos presentan un ojo muy claro y redondo, como el que se muestra en la foto. Los vientos más intensos en un huracán están en las bandas de tormentas alrededor del ojo.
Los ciclones tropicales se fortalecen cuando las condiciones son apropiadas. Una de las condiciones más importantes es que el agua del océano esté cálida. Al pasar sobre una zona de aguas cálidas, la tormenta puede intensificarse rápidamente.
Si las condiciones son ideales, un pequeño conglomerado de tormentas eléctricas puede transformarse en un sistema organizado. A partir del momento en que el conjunto de tormentas eléctricas empieza a rotar, los científicos pueden detectar la posibilidad de tal transformación. En el hemisferio norte, la rotación es en el sentido contrario a las manecillas del reloj; en el hemisferio sur, la rotación es a favor de las manecillas del reloj.
Aquí hay dos imágenes que muestran dos ciclones tropicales; uno en el hemisferio norte y otro en el hemisferio sur. ¿Puede decir cuál es cuál?
¿En cuál hemisferio está este ciclón tropical? (Escoge una respuesta.)
Los huracanes necesitan las condiciones apropiadas para sobrevivir. Algunas de las más importantes son: océanos de aguas cálidas y vientos débiles en los niveles altos de la atmósfera. Cuando un huracán se desplaza sobre agua fría o sobre tierra firme, se debilita rápidamente. La existencia de vientos fuertes en los niveles altos de la atmósfera también puede desarmar rápidamente un huracán.
En general los huracanes mueren cuando pasan sobre agua fría. La figura de abajo muestra la temperatura media de la superficie del mar durante el mes de noviembre. Las aguas más calientes están coloreadas en rojo. Los ciclones tropicales sobreviven en los cálidos mares ecuatoriales, pero cuando se desplazan hacia aguas más frías, como las coloreadas de amarillo y verde, pierden su potencia rápidamente.
Cuando un huracán pasa de mar a tierra firme, se debilita rápidamente, porque pierde su fuente de energía: el aire marino, cálido y húmedo.
En las imágenes de satélite de abajo se muestra una tormenta tropical que pasa de mar a tierra. En la imagen de la izquierda, el huracán llega a las costas de Florida y Alabama. Las zonas más potentes del huracán se destacan en rojo y en celeste. En la imagen de la derecha puedes ver la tormenta 24 horas después, luego de debilitarse sobre tierra firme. Ya no se aprecian áreas de color rojo y las zonas en celeste son más reducidas que en la imagen de la izquierda.
A veces, sin embargo, los huracanes en tierra firme pueden intensificarse brevemente. Esto sucede si el suelo es pantanoso y muy caliente, debido a que el aire húmedo y cálido de estos lugares alimenta el huracán. Algunos científicos piensan que esto fue lo que sucedió cuando el huracán Andrew pasó por los pantanos de la Florida en 1992.
Los huracanes también requieren que el viento no sea muy fuerte en los niveles altos de la atmósfera. Un huracán puede morir si tropieza con vientos fuertes o algún otro sistema meteorológico en los niveles altos de la atmósfera.
Los huracanes se debilitan cuando las condiciones no son apropiadas. Cuando la velocidad del viento baja a menos de 119 km/h, el sistema se convierte en tormenta tropical. Cuando disminuye aún más, debajo de 63 km/h, se convierte en depresión tropical. Puede que el viento no sea muy fuerte, pero estas tormentas pueden siempre producir mucha lluvia y causar inundaciones peligrosas. En algunas ocasiones, un huracán se debilita sobre tierra firme o sobre aguas frías, pero recupera su fuerza si encuentra otra vez aguas cálidas.