La superficie de la tierra absorbe cerca de la mitad de la energía que le llega del sol. El aire y las nubes en la atmósfera también absorben energía solar, pero en mucho menor cantidad. La tierra, las nubes y el aire reemiten parte de la energía solar que absorben en forma de calor. Los sensores en el canal infrarrojo (IR) de los satélites pueden detectar ese calor.
Dado que la energía en forma de calor es emitida por la tierra y el cielo todo el tiempo, los satélites
pueden "ver" las características de los objetos en el canal IR incluso durante la noche.
Es frecuente que se coloreen las imágenes en el canal IR para realzar ciertos detalles en los patrones de nubes. En
esta imagen, las nubes con temperaturas en su parte superior inferiores a -20 °C (-4 °F) se colorearon en tonos de
amarillo, azul y rojo. Las nubes con temperaturas superiores a -20 °C, la tierra y el agua se muestran en tonos de gris
o negro.
Los pronosticadores usan las temperaturas en imágenes del canal IR para estimar qué tan alta se encuentra la parte superior de las nubes con respecto al suelo. A menudo, las nubes cuya parte superior es muy elevada son creadas por fuertes tormentas eléctricas.