No es fácil pronosticar hacia dónde se dirige un huracán. A menudo, evacuamos grandes zonas costeras de que el huracán toque tierra, porque los pronosticadores no saben exactamente qué lugares están realmente en peligro. Esto significa que a menudo la gente abandona zonas que en última instancia no se ven afectadas por el huracán. Esto es frustrante tanto para la gente que tiene que salir de su hogar como para los pronosticadores que quisieran hacer pronósticos más precisos. Con el pasar de los años, los científicos han aprendido más sobre los huracanes y nuestros pronósticos han mejorado, pero aún así, no son perfectos.
¿Por qué es tan difícil predecir la intensidad de un huracán y dónde y cuándo tocará tierra? El motivo principal es que los ciclones tropicales, como todos los demás sistemas meteorológicos, son empujados por movimientos que abarcan toda la profundidad de la atmósfera y están cambiando constantemente.
Esos cambios en la atmósfera son muy complicados y nuestros modelos numéricos no son capaces de simularlos a la perfección. Este ejercicio sencillo te mostrará como algunos pequeños cambios pueden afectar en gran medida el lugar donde el huracán tocará tierra. Estos ejemplos se basan en predicciones reales de modelos de huracanes.
Empezaremos con un huracán que se forma en un lugar en 15° de latitud norte y 50° de longitud oeste. Este punto se encuentra sobre el océano Atlántico, un poco al norte de la costa este de América del Sur.